sábado, 25 de enero de 2014

Una nueva biografía de San Ignacio de Loyola

Sin duda, una obra monumental. Un ejemplo de biografía moderna, objetiva, rigurosa hasta el exceso, fiel a la más estricta metodología de la ciencia histórica. Pero allí justamente reside la tremenda limitación de esta nueva biografía de San Ignacio. El resultado de tanto rigor metodológico es la acumulación de una masa inmensa de datos sobre el personaje. Hay todo tipo de información, toda ella sustentada en la debida documentación. A veces, los detalles son prolijos hasta la quisquillosidad, sobre todo en lo que se refiere a las genealogías y relaciones de los sujetos que van apareciendo en el libro. Pero como buen historiador, el autor prescinde de todo aquello que pudiese ser "subjetivo" o estar "influenciado" por la intención de canonizar al protagonista, como por ejemplo, la Autobiografía o los escritos espirituales del propio San Ignacio. El resultado es un personaje vacío, enigmático, sin interioridad alguna, del que uno no se explica cómo es que llegó a ser santo. Y un libro larguísimo, que no se acaba nunca y que resulta sumamente aburrido, aunque, como en todo libro escrito con rigor, se entera uno de muchas cosas, como por ejemplo que San Ignacio sufría de una enfermedad espantosa que le causaba un aliento terrible. Es un buen ejemplo del problema subyacente a la idea de una biografía "científica", entendiendo por "científica" la pretensión de no referirse a nada que no pueda ser "probado" documentalmente y, sobre todo, de no dar por buena ninguna apreciación "subjetiva" que el biografiado pueda tener sobre sí mismo, sobre todo si ésta tiene que ver con asuntos que van contra la metafísica positivista y laica del biógrafo, que por principio no puede aceptar la realidad de los referentes religiosos en los que el santo vivió e interpretó su decurso vital (lo mismo vale para los testimonio de quienes lo conocieron). Así, naturalmente, se puede reunir un montón de información acerca de las circunstancias que rodearon a una persona, pero nunca será posible un acercamiento a la persona misma, que es lo que un lector de biografías espera encontrarse. Prescindir de lo que la persona pensó sobre sí misma, de lo que otros vieron en ella, de los atisbos a su interioridad que estos testimonios "subjetivos" pudiesen ofrecernos es un presupuesto metodológico válido, pero tan dudoso como cualquier otro. Esta biografía le quita a Ignacio de Loyola justamente aquello que lo hizo grande y digno de que siglos después alguien se tomase el trabajo de escribir una biografía suya: la santidad. Yo diría que esta es la biografía secularizada de un santo, un producto notable de nuestra era laicista y descreída.

Me quedo con la bella y ya un poco añeja biografía de José Ignacio Tellechea Idígoras: Ignacio de Loyola: solo y a pie.

Y, no faltaba más, con la propia Autobiografía del santo.


Enrique García Hernán: Ignacio de Loyola, Madrid: Taurus-Santillana Ediciones, 2013, 563 págs.

https://www.goodreads.com/book/show/18395323-ignacio-de-loyola

No hay comentarios.:

Publicar un comentario