Héctor Torres —quien ya nos había sorprendido
gratamente el año pasado con Caracas muerde—, acaba de publicar Objetos
no declarados, otro libro de crónicas sobre nuestra atormentada ciudad. Si bien
esta última obra no es una “continuación” de la primera, creo que no sería
exagerado afirmar que ambos volúmenes conforman una suerte de Suma caraqueña
que explora a fondo la apocalíptica realidad de nuestra ciudad en este
siglo XXI, que parece hundirse sin remedio en la anarquía, el crimen, la
pobreza y un sinnúmero de calamidades que nos quitan el aliento y la esperanza
a sus habitantes. No obstante, la mirada de Torres no se deja arrastrar por la
pendiente fácil de un nihilismo común a cierta literatura “urbana” que gusta
regodearse en una poética de las oscuridades del albañal y la ambigüedad moral
de los arrabales. Tampoco cae en los clichés propios de la literatura de
carácter “social” o de “denuncia”, con su carga maniquea y de idealización de la
pobreza. Se trata más bien de una mirada madura, equilibrada, que muestra con
toda honestidad el peso de las tragedias humanas que acontecen a diario
en Caracas y las carencias morales de sus habitantes, que las explican. Pero
también despliega ante nuestros ojos la esperanza de los caraqueños que se
empeñan en vivir para que haya futuro y que humanizan casi que heroicamente la
muy deteriorada convivencia ciudadana. Y esto lo hace Torres con un
acercamiento que aún siendo crítico no es amargo, sino más bien lleno de un fino humor
y de una iluminadora ironía que delata un amor muy profundo por la ciudad que
habita. Esto hace que la experiencia del lector —al menos la mía— no sea la de
reafirmar la tristeza que ya se vive en la calle, sino más bien la de una suerte
de catarsis terapéutica que invita a una posible reconciliación con esta ciudad
que nos atormenta. Objetos no declarados es un libro imprescindible para
comprender la Caracas de nuestros días.
Héctor Torres: Objetos no declarados, Caracas: Ediciones Punto Cero, 2014, 160 págs.
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